Todos los años, a fines de mayo, comienzan a llegar las primeras ballenas a Península Valdés, convirtiéndola en una de las áreas de reproducción y cría más importantes del mundo. En Junio nuestras aguas comienzan a poblarse de hembras preñadas y juveniles nacidos el año anterior, ejemplares sub-adultos y también machos y hembras adultos que vienen a copular.
Aquí se producen los apareamientos y los nacimientos de las Ballenas Francas australes. Nuestra bahía alberga hembras que cuidan a sus ballenatos y los amamantan con 200 litros de leche diarios durante alrededor de 3 meses, antes de partir juntos hacia la zona de alimentación donde continuará la lactancia durante todo el año. También se reúnen ejemplares sub-adultos, se independizan los juveniles que nacieron el año anterior y es aquí donde comienzan a aprender a valerse por si mismos.
Las tranquilas aguas azules del Golfo Nuevo son testigos de este ciclo de vida fundamental para la supervivencia de las Ballenas francas australes en nuestro planeta.